
Atención a los más pequeños de la casa.
Desde los 12 meses a los 36 meses el lenguaje debería ir evolucionando positivamente y volverse cada vez más funcional.
En burbujas nos encargamos de darles el empujón a todos esos pequeños que sea por el motivo que sea aún no se han arrancado a la comunicación.

Las dificultades que pueden presentarse en la edad preescolar y escolar son:
El retraso simple del lenguaje: se da cuando un niño que no presenta otras alteraciones aparentes, desarrolla el lenguaje más tarde que otros niños de su edad. Los signos de alarma son: no realizar casi sonidos a los 12 meses, poco vocabulario sobre los 24meses o aparición de las primeras palabras a esta edad, frases con dos palabras sin nexos más tarde de los 36 meses («mamá galleta»)…
Trastornos de los sonidos del habla, también denominados dislalias: son los más comunes y es importante que sean corregidos por un logopeda cualificado para evitar que se generalicen en la edad adulta. El desarrollo del lenguaje en los niños pasa por una serie de procesos de simplificación fonológica que permiten la adquisición correcta de todos los sonidos del habla; en ocasiones, estos procesos perduran en el tiempo y producen esta alteración en la articulación del lenguaje (fonética), incluso puede afectar al uso funcional de los fonemas (fonológico). El más famoso entre los logopedas es el rotacismo, que consiste en la ausencia del fonema /rr/ fuerte, cuando un niño dice «pedo» en lugar de «perro»; pero existen muchos otros como cambiar una /s/ por una /z/ y decir «sorro» en lugar de «zorro».
Alteraciones orofaciales: relacionadas con la musculatura facial implican funciones como la masticación, la deglución o incluso la respiración. La causa puede ser anatómica, funcional, neurológica o incluso estar ocasionada por malos hábitos. Sea cual sea el motivo es importante corregirla por un logopeda cualificado para evitar dificultades mayores en el futuro. Las más conocidas son: la deglución atípica o deglución infantil, la respiración oral, la disfagia…